Hoy Inicia.

"No te confundaaaaaas, yo no camino para atrás como un cangrejoooo." Canté mientras me estacionaba en el estadio, horas antes del silbatazo inicial. ¿El motivo? No, no es ese que tú crees. Simplemente fue que llegó un mensaje al grupo de comunicación de Dorados en donde se pedía de manera expresa, que cuando se mencionara el nombre de Diego Armando Maradona en la alineación, le acompañara la canción del grupo Damas Gratis - No te creas tan importante. Razón suficiente para que yo ya tenga escuchada la canción 200 veces desde el lunes para acá. 

Y así fue, llegó el camión con el equipo, abrió la puerta, el primero en bajar fue Diego y con él, salió también la música de Damas Gratis a todo volumen. Bajó un Maradona con la mirada fija, que cantaba con suavidad lo que venía escuchando y apenas volteó a ver su alrededor.

[Diego cantando "Para que te quedaras..." de la canción Me vas a Extrañar de Damas Gratis] 

Mas tarde el equipo salió a calentar y minutos antes del regreso a vestidores para preparar el arranque del partido, aparece el Diego, más relajado, observando a detalle el entorno, se percata del programa que se está transmitiendo en cancha y acude a saludar a Jared Borguetti. El público lo recibe entre aplausos y gritos, mientras el enfila el paso hacía al grupo para dar instrucciones. Fueron muchos los niños que veían con curiosidad y de inmediato cuestionaban al papá para que les explicaran quien era ese tal Maradona. Dichosos los padres dorados que tuvieron la fortuna de explicar a sus pequeños que ese señor que estaban viendo era el mejor jugador del planeta, campeón del mundo y ahora Director Técnico de Dorados. Dichosos los niños que en 10 años recordarán que vieron al Diego en Dorados, así como yo me acuerdo de Pep y Abreu.

[La salida de Diego en el calentamiento y su encuentro con Jared Borguetti]

Faltaban 10 minutos para el silbatazo inicial y ya estábamos los jugadores, el cuerpo técnico, Diego y yo, en el túnel que conecta vestidores con la cancha. ¿Qué hacía yo ahí? Pues vivir, vivir la historia de mi equipo. No grabé nada, no tomé ninguna foto, me dediqué a vivir y disfrutar la escena. El libro que contará las mejores historias de Dorados, requiere de este nivel de detalle. 

Diego daba ánimos a los jugadores, se daba ánimos a si mismo, sacaba su teléfono celular, palmada a Gaspar, a Vini, a la pared. La mirada en la capilla, en el techo, en el piso, en los jugadores. Diego dio como 100 pasos cortos en los minutos previos, merodeando, pensando. Encontró apoyo en el profesor Islas que también se mostraba ansioso pero hizo muy bien la tarea de transmitir seguridad al Diego. 

Se comenzó a escuchar movimiento en la puerta que da para la cancha y fue el sonido de la tercera llamada para todos, "¡Dale!, ¡dale!, ¡dale!". Los jugadores intensifican los movimientos de calentamiento, más para sacar la ansiedad que para preparar los músculos y en eso Diego voltea hacía mí y me dice: "Hoy inicia". 

La mente en blanco, los jugadores comienzan a salir uno a uno, en la puerta está el Chevo vigilando cada movimiento y cuando es el turno de salida de Diego, Chevo le tiende la mano derecha afirmando: "Todo va a salir bien, señor." Fuerte apretón de manos entre el Director Técnico y el elemento de seguridad. No pareciera que ese Chevo es el mismo que le ha negado la visita a Guardiola a Europa por temor a montar un avión. 

El partido fue duro el tiempo que tenía que serlo y fue mágico justo cuando tenía que serlo también. Diego lo vivió como ningún DT de Dorados lo había vivido nunca. 

Yo estaba de nueva cuenta en el túnel, felicité a Gaspar a su salida, palmada al joven Benjamín Palazuelos por su señor partidazo y el próximo en entrar al túnel era Diego. Le anuncio la tendida de mano al mismo tiempo que le felicito y me contesta con la figura sonriente para un abrazo. 

Diego no lo sabe, pero ese abrazo, también me hizo campeón del mundo del 86. 

Jair Rodríguez - De Volea

Damas Gratis - No te creas tan importante.