Pierdo yo, ganan ellos.
Para comenzar un partido de futbol se requiere de diversos elementos, el principal, la pelota, seguido de 22 jugadores, dos porterías, un rectángulo de espacio bien definido y un juez justo que dicte lo correcto del cotejo. Al menos con dichos elementos ya se puede comenzar un partido. Si prestamos atención, concluiremos que existen dos piezas de este sistema que son seres pensantes, el juez y los jugadores. Al juez definitivamente una institución lo instruye y lo forma como colegiado. Mientras que los jugadores son alimentados de las ideas de un sujeto que busca el bien en común: El director técnico. El director técnico es aquel romántico que dedica sus días enteros a perfeccionar ideas y se desvela todas las noches tratando de descifrar sus puntos fuertes, y los débiles del siguiente rival. El mismo se evalúa, vive amarrado a un caprichoso muy cercano, casi su vida depende de él, su nombre, el resultado. El estratega busca jugar de cierta manera, busca alcanzar una perfección