Hermanos Culichis

Tierra de gente exigente, tierra de gente que busca una distracción, tierra de niños que sueñan con vestir de guinda y dorado.

"Tu por ser el mayor, crearás este nuevo sentimiento en la ciudad, vas a dar la cara por nosotros en todo el Pácifico, poco a poco crecerás y en una de esas conquistarás el Caribe también." Le dijo Culiacán al mayor de sus hijos. A sabiendas de que el primogénito tenía a su merced a una multitud noble, que vestiría con orgullo sus colores, que se acostumbraría a ganar y se volvería exigente ante la menor señal de debilidad. Culiacán sabía que su gente lo haría el mas grande exponente de su agricultura. 

"Tu hermano mayor ha hecho un gran trabajo, no te pido que seas como él, es lo que menos quiero, los niños de hoy en día crecen mas rápido, se adaptan mas rápido vaya, tu gente está necesitada de lo que quiero que hagas, confía en ti, se que puedes ser campeón desde la cuna." Le dijo la madre a su hijo menor, a su segundo, aquel que nació 38 años después, con una afición líder en el Pacífico, con una afición que ya lo había ganado todo con los guindas y que veía de lejos a los que trascendían en el deporte mas popular a nivel nacional. "Tu vas a representar a nuestra fauna marina y la Pesca".

El mayor, acostumbrado a tener a la multitud solo a sus pies, se tuvo que adaptar a llevar una vida con un hermano, ahora el pueblo tendría ocupación todo el año y no solo de Octubre a Enero, cuando bien nos iba, hasta Febrero. Hoy todo el año es un desfile de colores, con sus momentos altos y con sus momentos bajos. La multitud creció y ahora son mas los que vienen creciendo con el hermano menor, pero aun quedan mayores, que se acuerdan de la vida sin él, otros que están en el punto medio saben que esto tenia que pasar en algún momento, y que el mérito era de los dos hermanos por igual.

Como todos los hermanos mayores, este tiene una casa de ensueño en relación al hermano menor, todas las comodidades, a ella pueden llegar; el aficionado experto, el que solo convive, el que busca pretexto, la que busca comida y hasta los que buscan fotografías. El hogar del hermano menor está lleno de locos, no te puedes perder un segundo de lo que pasa ahí, porque aparte de que no hay repetición como en la casa del mayor, ya no te sabe igual si no viste lo que pasó. He visto filas interminables en las dos casas, pero lo importante no es tanto la longitud de la fila, si no el contenido, en uno veo una muestra de cada ejemplar existente, en otra veo pares de ojos que apuntan a un mismo objetivo. 

Por lo general los hermanos se apoyan en sus desgracias, los hermanos culichis viven sus pesares por separado, la realidad es que no pueden hacer mucho el uno por el otro, lo que si pueden hacer es unirse por los otros, han jugado juntos por una buena causa y han compartido medios de comunicación para transmitir un mismo mensaje, pero cuando se decidan, juntos lograrán muchas cosas. 

Algo que tienen en común estos hermanos y viendo esto es cuando nos convencemos de que en realidad portan el mismo gen, son sus figuras, en sus filas han registrado a los mejores exponentes en sus respectivas ocupaciones, los niños de Culiacán hemos  jugado a ser "el general", "el loco", "el matador", "el pep", etc. Estos personajes han llevado a nuestra ciudad a otros horizontes, hoy nos conocen por alguno de los dos hermanos en el viejo continente y en el cono sur del globo. 

Ambos tienen mucho por lograr todavía, nuevos retos se les han presentado, los dos han tocado las mieles del éxito, pero no han alcanzado su punto máximo. Para el hermano guinda, el mayor, deseo que en algún momento forme parte tanto del circuito del Pácifico como del de Verano y en los dos se consagre. Para el hermano dorado, el menor de los dos, ser campeón del fútbol mexicano y disputar todos los torneos continentales a su alcance sería algo incomparable. Día a día trabajan para lograr eso, pero que no se nos olvide que su éxito se deberá a su gente, la misma que los ha acompañado siempre, la misma que no debe de ceder. 

Los ignorantes discriminan a uno de los dos hermanos, los egoístas no quieren presentar a los suyos a los dos, solo los dejan escoger uno, los acomplejados se casan con uno y buscan el error del otro... Los culichis inteligentes, esos que saben por donde viene el progreso, piensan que los dos son igual de necesarios y ninguno mas importante que el otro, son los que disfrutan por igual un tablazo de vuelta entera y un remate de volea al ángulo. 

Jair Rodríguez