Negocio Redondo, Balón Cuadrado



El negocio del fútbol es de los mas abstractos. El equilibrio de los intereses marca la diferencia.

«Los jugadores de fútbol de mi tiempo eran tipos a los que realmente les gustaba jugar fútbol. No estaban en esto por dinero. Ellos jugarían futbol a cambio de nada.» -Red Grange

El fútbol es deporte, el fútbol es negocio. El juego ha sido rebasado por los escenarios, la expectación sobre los cotejos de este deporte hacen brillar los ojos de los magnates dueños de clubes deportivos. Asistir a los estadios de fútbol en compañía de familia y amigos es pieza del rompecabezas de muchas culturas, el aficionado llega al estadio y desde el momento que llega su turno en taquilla hace girar a este gran negocio. 

En un principio, el elemento único y principal del negocio del balón era el aficionado, ese que adquiría una entrada y consumía alimentos dentro del mismo estadio. Con el paso del tiempo las ventanas del lucro han ido creciendo, hoy podemos ver estadios con publicidad en todos los rincones, televisoras que se pelean con billetazos los derechos exclusivos de transmisiones, tiendas departamentales con camisas de los diferentes equipos, escuelas deportivas oficiales del club, artículos personales, etc. El fútbol se ha instalado en todos los ámbitos comerciales creciendo de manera exponencial.

¿Juego bonito o billete bonito?

El área que hace todo lo demás posible es ese rectángulo verde con lineas blancas en donde 22 tipos prueban sus habilidades en busca de un esférico. De ahí nace todo lo demás. El objetivo del club deportivo es el de ofrecer el mejor espectáculo para sus aficionados, ofrecer buenos resultados y un tipo de juego agradable. Para eso, se necesita además de un buen plantel de jugadores, a un adecuado equipo táctico que pueda hacer los ajustes para que el sistema funcione. Ellos son los que con paciencia y trabajo logran los objetivos al cabo de un tiempo. 

La mayor parte de los aficionados no tienen la misma paciencia que puedan tener los directivos. Es por eso que en muchas ocasiones se intenta acortar plazos, tomar atajos para llevar un buen espectáculo al rectángulo verde, sin importar que sea necesariamente bueno en lo deportivo. En ese momento comienza el desbalance de intereses entre lo deportivo y lo económico. 

El dueño del equipo de fútbol gana cuando su equipo juega bien y gana cuando su equipo vende bien. Para que el equipo juegue bien se requiere trabajo y paciencia, para que el equipo venda bien se ocupa primero jugar bien, o bien, tomar otro atajo sin necesidad de esperar.

Una gira por tierras inéditas en donde abunden grandes cantidades de aficionados, promover a los jugadores como figuras comerciales y utilizar su imagen, contratar como jugador a un icono entre la sociedad, etc. Todo lo anterior obliga a descuidar el aspecto deportivo y tener en mente solo el tema del dinero.


Es posible lograr un balance entre ambos intereses, solo de esa manera se puede ejecutar un negocio rentable y de buenos términos deportivos. Siempre se tiene que tener en mente que la materia prima se encuentra en el rectángulo verde y esa, esa es la pieza fundamental. Solo con ese pensamiento se puede lograr un negocio redondo sin deformar al balón. 

DeVolea.

@JAIR_ROD15


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